La educación es un derecho que por definición, todas las
personas, independiente de su edad, pueden y deben exigir. Esto se reafirma en la Declaración Universal
de los Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales, la Convención sobre los Derechos del Niño, entre muchos
otros acuerdos y tratados internacionales. La educación es entonces, además de
una garantía individual, un derecho social cuya máxima expresión es la persona
en el ejercicio de su ciudadanía; no se reduce a un periodo de la vida sino al
curso completo de la existencia de los hombres y las mujeres.
Sin duda, va de la mano con los movimientos
sociales en Chile y en el mundo exigir a la clase política, demandas como una
educación digna, de calidad y gratuita.

Es evidente que estamos frente a un escenario
donde los movimientos sociales juegan un factor determinante. Tan determinante,
que hay candidatos presidenciales como la candidata de la nueva mayoría,
Michelle Bachellet haya escuchado estas demandas ciudadanas y las haya
incorporado en su discurso y sean parte del programa el cual regirá en el
próximo gobierno. ¡Es cosa de ver los hechos!: La misma noche que realiza su
cierre de campaña en la zona norte de Santiago, en la comuna de Recoleta, su
comando saca un afiche con la siguiente consigna: “Yo quiero que los sueños de
la calle, sean los objetivos del gobierno… Nueva Constitución, reforma
tributaria y educación gratuita”. Pero eso no es todo y lo que no es causalidad
es que en este mismo afiche aparezca con la candidata a diputada por el
distrito 19, Karol Cariola. Dirigente estudiantil y actual secretaria general
de las Juventudes Comunistas. El mensaje es claro, y se refleja a través de Karol,
como también en Camila Vallejo y Giorgio Jakson, jóvenes con ideas nuevas,
comprometidos con transformar Chile hacia una nueva sociedad y un nuevo
liderazgo.
Lo que estoy tratando de señalar, es
básicamente que aquí hay un modelo que ha fracasado: Nos encontrarnos con
injusticias y desigualdades, que afectan a una gran mayoría de la población,
pero principalmente a los más vulnerables, aquellos que no tienen un ingreso
digno. Por tanto. El modelo económico y político, que se ha implementado en
Chile ha fracasado porque no cubre las necesidades de nuestra sociedad.
Buen articulo, la reflexión es clara y critica. Felicitaciones.
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